Los océanos de Sudamérica son amenazados cada año con un aproximado de 400 barcos, los cuales recorren más de 10 mil millas náuticas (16.000 kilómetros) desde China hasta llegar a las zonas del Pacífico y del Atlántico Sur. Estas embarcaciones tienen el objetivo de situarse dentro de los límites de las zonas económicas de países latinoamericanos como Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Brasil. Las embarcaciones se encuentran en la búsqueda de pota o calamar gigante, así como otras especies en peligro de extinción como los tiburones. En estas embarcaciones se tiene precedentes por crímenes como esclavitud, trabajo forzado, tráfico ilegal y trata de personas.
A pesar de tener la alerta de este tipo de grupos criminales, los esfuerzos de los Estados y organizaciones ambientales no son suficientes, ya que estas flotas siguen empleando tácticas como apagar los dispositivos de rastreo satelital o enarbolar banderas de pabellones latinoamericanos para extraer los recursos esqueros de los países sudamericanos y mantenerse impunes.
¿Cuál es el principal problema? La pesca no declarada trae consigo la sobrepesca, ya que, al no contar con estimaciones sobre las poblaciones de peces, resulta imposible para los gobiernos establecer planes y estrategias que garanticen los recursos pesqueros a largo plazo.
El caso peruano. – Michelle Carrere, periodista y editora de océanos de Mongabay Latam, detalló en una entrevista que los pescadores artesanales de Perú han denunciado que dentro del mar territorial peruano tienen encuentros con embarcaciones chinas. Explican que existen flotas dedicadas de forma artesanal a la pota en Perú y son estos, los que denuncian las embarcaciones chinas por encontrarse dentro de un litoral que no les corresponde.
Otra investigación publicada en Brasil, sostiene que, en Perú, la productividad promedio de los barcos pesqueros disminuyó en un 70% en los últimos cinco años por la presencia de pesqueros chinos, ya que, son estos los que capturan un aproximado de 300 mil toneladas de calamar gigante que se pescan anualmente.
Como se sabe, la pesca, como cualquier otra actividad, genera una serie de impactos en el medio ambiente, uno de ellos es la explotación excesiva de los recursos, la contaminación del mar, suelo y aire, entre otros. Sin embargo, de alcanzase o sobrepasarse los límites de producción, muchos recursos pesqueros estarían sufriendo deterioro. En el caso de la pesca ilegal, genera una crisis de extinción para la biodiversidad de los océanos, así como para la economía de las comunidades costeras que viven de la pesca y para la seguridad alimentaria de toda la humanidad.
FUENTE: INFOBAE