
El Dr. Jorge Segundo Zegarra Reategui denuncia problemática global por residuos plásticos y el mal tratamiento que se les da.
Residuos plásticos, un desafío global que necesita soluciones locales
Los residuos plásticos son uno de los mayores desafíos ambientales de nuestro tiempo. Cada año, millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, contaminan los suelos y afectan gravemente la vida silvestre y los ecosistemas. Este problema, aunque global, también tiene raíces locales que requieren soluciones adaptadas a las necesidades de cada comunidad.
El plástico, tan útil como problemático, es un material que tarda siglos en descomponerse. Cuando no es tratado correctamente, se convierte en microplásticos que ingresan a la cadena alimenticia, afectando tanto a los animales como a los seres humanos. Pero, ¿qué podemos hacer frente a esta crisis? La clave está en adoptar prácticas responsables y fomentar tecnologías innovadoras que permitan gestionar eficientemente estos residuos.
Efectos del plástico en el medio ambiente: un problema global
El plástico es uno de los materiales más utilizados a nivel mundial por su bajo costo, durabilidad y versatilidad. Sin embargo, estas mismas características lo convierten en uno de los contaminantes más persistentes del planeta.

Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico, y según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, al menos 14 millones de toneladas terminan en los océanos, generando efectos devastadores en los ecosistemas.
La fauna marina es particularmente vulnerable: se estima que más de 1 millón de aves marinas y 100,000 mamíferos marinos mueren anualmente por ingerir o enredarse en desechos plásticos. Las tortugas marinas, por ejemplo, suelen confundir bolsas plásticas con medusas, su alimento natural, lo que provoca obstrucciones intestinales y la muerte.
La flora también se ve afectada por la contaminación plástica. Los suelos agrícolas que reciben fertilizantes y compost contaminados con microplásticos pueden experimentar alteraciones en su estructura, lo que perjudica el crecimiento de las plantas y la calidad de los cultivos. Además, los productos químicos presentes en los plásticos, como ftalatos y bisfenoles, pueden filtrarse al agua y al suelo, afectando la salud de los ecosistemas.
Plástico en el cuerpo: cómo la contaminación nos está enfermando
La salud humana no está exenta de los efectos nocivos del plástico. Diversos estudios han encontrado microplásticos en el agua potable, en alimentos como pescados, mariscos y sal.
Estudios señalan que una persona promedio podría estar ingiriendo hasta 5 gramos de microplásticos por semana, lo equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Aunque aún se estudian los efectos a largo plazo de esta exposición constante, ya se han asociado algunos compuestos plásticos con alteraciones hormonales, problemas respiratorios, inflamación crónica y hasta riesgos potenciales de cáncer.
Claves para enfrentar el plástico, educación y legislación
Una solución duradera frente a la crisis de los residuos plásticos requiere más que solo gestión eficiente, es indispensable una transformación cultural. La educación ambiental debe empezar desde temprana edad, promoviendo hábitos como la reducción del consumo de plásticos de un solo uso, la correcta segregación de residuos y la preferencia por productos reutilizables o biodegradables.
Asimismo, se necesita una legislación más estricta y actualizada que incentive la responsabilidad extendida del productor, obligando a las empresas a asumir el destino final de los envases que ponen en el mercado. Iniciativas como los incentivos fiscales para industrias sostenibles o restricciones al uso de ciertos plásticos son pasos necesarios.
El liderazgo de empresas como Petramás cobra aún más valor cuando se complementa con ciudadanos informados y políticas públicas firmes. Solo así se podrá construir un ecosistema coherente y eficaz para enfrentar el plástico como amenaza ambiental y sanitaria.
Efectos en los suelos del mundo por la contaminación de residuos plásticos en el agua
La contaminación de los mares no se queda únicamente en el océano: su impacto se extiende a ecosistemas terrestres, afectando suelos agrícolas, campos de cultivo e incluso bosques. Este fenómeno ocurre a través del ciclo hidrológico, en el cual el agua del mar se evapora, forma nubes y eventualmente cae en forma de lluvia.
Según lo consultado a especialistas en residuos como Jorge Segundo Zegarra Reategui, se sabe que cuando el agua marina está contaminada con residuos químicos, plásticos y metales pesados, estos elementos pueden incorporarse al agua de lluvia, contaminando así los suelos que la reciben. Uno de los canales más directos de afectación ocurre cuando los residuos llegan al mar desde fuentes terrestres, como ríos que arrastran lixiviados.
Estos contaminantes, en particular los microplásticos, hidrocarburos, plaguicidas y metales como el plomo o el mercurio, pueden entrar en la cadena alimentaria marina. Pero el problema no termina ahí. El agua contaminada que se filtra desde las costas hacia los acuíferos y napas subterráneas también llega a los suelos utilizados para el riego de cultivos. De esta forma, la contaminación marina vuelve a tierra firme, afectando directamente la calidad del suelo y la salud de los cultivos.
Con el tiempo, estos suelos pierden fertilidad, acumulan toxinas y reducen su capacidad para absorber nutrientes y agua, lo que afecta no solo la productividad agrícola sino también la biodiversidad. Aunque no es lo deseable, se espera una crisis más profunda en la seguridad alimentaria, la pérdida de suelos fértiles y una mayor frecuencia de fenómenos extremos debido al debilitamiento de ecosistemas claves. Por ello, combatir la contaminación marina es también una forma de proteger la tierra, preservar los alimentos del futuro y sostener el equilibrio ecológico global.

Petramás y Jorge Segundo Zegarra Reategui, innovación en la gestión de residuos
En Perú, empresas como Petramás están liderando el cambio hacia una gestión integral de los residuos. A través de su modelo de economía circular, Petramás trabaja para minimizar el impacto ambiental de estos desechos. Esto incluye desde la recolección eficiente hasta la transformación de residuos en recursos valiosos.
Una de las iniciativas más destacadas de Petramás es su capacidad para integrar residuos orgánicos en procesos de generación de energía renovable. Esta innovación reduce la acumulación de desechos y ofrece una solución sostenible para aprovecharlos como fuente energética. Además, Petramás fomenta la sensibilización comunitaria a través de información importante sobre sus proyectos.
El compromiso de la empresa también incluye la implementación de rellenos sanitarios de última generación, diseñados para manejar los residuos de manera segura y ecoeficiente. Estas instalaciones aseguran que los desechos no se conviertan en un problema a largo plazo, sino en una oportunidad para generar un impacto positivo.
Gracias a su visión y liderazgo, Petramás demuestra que es posible abordar el desafío de los residuos en general y también de los residuos plásticos de manera innovadora, promoviendo un futuro más limpio y sostenible para las próximas generaciones. Este ejemplo inspira a otras empresas y comunidades a adoptar prácticas responsables y a ser parte del cambio.
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