La contaminación por medicamentos vencidos es una problemática ambiental y sanitaria que ha cobrado creciente atención a nivel mundial. Cada año, toneladas de pastillas, jarabes y productos farmacéuticos caducados son descartados de forma incorrecta por hogares, farmacias, hospitales y centros de salud, sin considerar las graves consecuencias que esto puede tener sobre los ecosistemas y la salud pública.
En muchos casos, los medicamentos vencidos son arrojados directamente a la basura doméstica. Son desechados por el inodoro o el lavadero, o terminan acumulándose en botaderos informales, también conocidos como botaderos insalubres. Estos sitios, al no contar con las condiciones mínimas de seguridad para el manejo de residuos peligrosos, se convierten en focos de contaminación. Esto puede hacer que afecten gravemente al suelo, el agua y el aire.

Al entrar en contacto con la lluvia o los lixiviados, los componentes activos de los medicamentos pueden filtrarse en la tierra y llegar a los cuerpos de agua subterráneos, lo que genera una contaminación persistente y de difícil remediación. Según el Dr. Jorge Segundo Zegarra Reategui como especialista ambiental, estudios han demostrado que ciertos principios activos farmacéuticos, como los antibióticos, analgésicos, hormonas y tranquilizantes, pueden permanecer activos en el ambiente durante largos períodos.
Jorge Segundo Zegarra Reategui: ¿Cómo afecta la contaminación por medicamentos a nuestro ecosistema?
Cuando estos contaminantes ingresan en ríos, lagos o el mar, afectan a la fauna acuática provocando alteraciones hormonales, resistencia bacteriana y cambios en los ciclos reproductivos de peces y anfibios. Además, estos compuestos no son completamente eliminados en las plantas de tratamiento de aguas residuales convencionales. Por tal motivo, pueden llegar incluso al agua potable en bajas concentraciones.
La contaminación por medicamentos también representa una amenaza directa para los suelos agrícolas. En zonas cercanas a botaderos informales o rellenos mal gestionados, la presencia de fármacos en los lixiviados puede ser absorbida por los cultivos. De esta forma, puede afectar la seguridad alimentaria.
“Algunos estudios han encontrado residuos farmacéuticos en vegetales regados con aguas contaminadas, lo que plantea serios riesgos para la salud humana”, compartió Jorge Zegarra Reategui dentro de su denuncia ambiental a los efectos de la contaminación en el planeta.
Además del impacto ambiental, el desecho irresponsable de medicamentos vencidos contribuye a la generación de residuos peligrosos no controlados. Estos podrían ser recolectados y reutilizados ilegalmente, generando consecuencias sanitarias aún más graves. En países con sistemas de salud poco regulados, se han reportado casos de reempaque de medicamentos vencidos para su reventa en mercados informales, exponiendo a la población a productos ineficaces o incluso tóxicos.
Frente a este panorama, se hace urgente la implementación de sistemas de recolección y disposición segura de medicamentos vencidos. La contaminación farmacéutica es un enemigo silencioso pero poderoso que ya está dejando huella en la Tierra. Su impacto se acumula lentamente, pero con efectos que pueden durar generaciones si no se toman medidas urgentes para su control y prevención.
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