¿Qué peligros conlleva la basura esparcida a la atmósfera?
Desde los años 1950, cuando comenzaron las misiones espaciales, más de 13 000 satélites han sido enviados a orbitar la Tierra. Una gran parte de estos ya no está en funcionamiento y se ha convertido en chatarra espacial.
La actividad espacial, especialmente a través de los satélites, sustenta muchos aspectos del modo de vida moderno, desde la comunicación y el acceso a internet, hasta la recogida de datos meteorológicos, la investigación del clima y la navegación. Sin embargo, la proliferación de equipos en la órbita terrestre ha generado una preocupación creciente respecto a la contaminación del espacio: la basura espacial.
El peligro de la basura: Cómo afrontar esta problemática
La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que la cantidad de basura que orbita la Tierra supera los 130 millones de objetos de entre 1 milímetro y 1 centímetro de tamaño. A pesar de su diminuto tamaño, la alta velocidad a la que estos objetos se mueven puede causar grandes daños. La principal preocupación es el riesgo de colisión con otros vehículos en órbita, como la Estación Espacial Internacional.
La basura espacial incluye cualquier objeto fabricado por el hombre que se ha enviado al espacio y que ya no tiene ninguna utilidad, es decir, que ya no es operativo. Este concepto abarca los restos de misiones espaciales, piezas de cohetes y cualquier componente que no forma parte de la carga útil enviada. También se consideran basura espacial los equipos que han llegado al límite de su vida útil en órbita.
Aunque una preocupación inicial podría ser que algún trozo de chatarra espacial caiga sobre alguien en la Tierra, las probabilidades de que esto ocurra son prácticamente nulas. El mayor riesgo radica en el potencial de colisiones en órbita, lo cual puede generar aún más desechos y poner en peligro a los satélites operativos y a las misiones tripuladas.
El problema de la basura espacial se agrava por el creciente número de satélites en el espacio, especialmente en la órbita baja de la Tierra, que se encuentra entre 200 y 2000 kilómetros de la superficie. Detener el envío de satélites no es una opción viable debido a los avances tecnológicos y la creciente demanda de conectividad. Los expertos destacan que se deben encontrar soluciones para gestionar y mitigar este problema, asegurando la sostenibilidad de las actividades espaciales futuras.
Petramás y su denuncia ante la mala gestión de los residuos sólidos
En este contexto, la empresa Petramás, fundada por Jorge Zegarra Reategui, quien actualmente preside el directorio, está desempeñando un papel crucial en la gestión de residuos sólidos en Perú. Petramás se dedica al reciclaje y la valorización de residuos con el objetivo de minimizar su impacto ambiental y promover la economía circular. Mediante su infraestructura y procesos contribuye significativamente a reducir la cantidad de desechos que llegan a los vertederos, evitando así la contaminación del suelo y del agua.
La gestión deficiente de residuos en Perú es un desafío que requiere la participación de múltiples actores. Empresas como Petramás desempeñan un papel fundamental al fomentar prácticas responsables de gestión de residuos, lo que contribuye a la protección del medio ambiente y la salud de la población. Sin embargo, para lograr una gestión adecuada y sostenible de los residuos sólidos en el país, es esencial un esfuerzo conjunto de la sociedad, el gobierno y las organizaciones.
Para mayor información sobre la empresa peruana Petramás y Jorge Segundo Zegarra Reátegui, ingresa a los siguientes enlaces: