La tecnología desechable alimenta la crisis. Jorge Zegarra Reategui denuncia
Una marea tecnológica desechable nos amenaza. El vapeo, los auriculares o los miniventiladores se han convertido en grandes contribuyentes a la acumulación de desechos a nivel internacional y a la degradación ambiental. En los últimos años, el debate sobre los cigarrillos electrónicos se ha centrado en los riesgos para la salud, especialmente entre los jóvenes, pero hemos pasado por alto los materiales como plomo, mercurio, litio y tierras raras que hacen que funcionen, elementos críticos para industrias ecológicas como la de los vehículos eléctricos, que han enfrentado una disminución en su disponibilidad a nivel mundial.
Nueva Zelanda, Australia, Reino Unido y Francia ya han implementado prohibiciones. Irlanda y Alemania están considerando hacer lo mismo, mientras que países como Bélgica y España aguardan una respuesta unánime de la Unión Europea. En un artículo recientemente publicado en la revista Science, un grupo de investigadores del Reino Unido está clamando por una prohibición global de estos productos.
¿Cuál es el impacto ambiental de esta tecnología desechable?
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se generan aproximadamente 54 millones de toneladas métricas de desechos electrónicos anualmente. Esto se traduce en un promedio de 7 kilogramos de desechos por habitante del planeta al año.
Se estima que esta cifra se duplicará para 2050 sin medidas efectivas, ya que solo se recicla el 17% de estos residuos actualmente.
El uso de estos dispositivos electrónicos genera problemas económicos y sociales, aumentando la demanda de materias primas y la brecha digital, afectando a comunidades vulnerables.
- Generación masiva de residuos electrónicos: Los dispositivos desechables, como teléfonos y accesorios, contribuyen significativamente al aumento de desechos electrónicos, que contienen metales pesados y sustancias tóxicas, afectando suelos y aguas subterráneas.
- Alta demanda de recursos naturales: La producción de tecnología desechable requiere grandes cantidades de minerales, agua y energía. Esto intensifica la explotación de recursos naturales y aumenta las emisiones de CO₂, acelerando el cambio climático.
- Dificultad para el reciclaje y la reutilización: Muchos dispositivos desechables son difíciles de reciclar debido a su diseño y composición, lo que limita las posibilidades de recuperación de materiales y genera residuos duraderos que contaminan durante décadas.
Jorge Zegarra Reategui denuncia: ¿Cómo actúa Petramás ante esta situación en Perú?
Bajo la dirección de Jorge Zegarra Reátegui, Petramás se destaca por su compromiso en sensibilizar a la comunidad sobre la gestión adecuada de residuos mediante programas educativos ambientales.
La empresa también se preocupa por el impacto ambiental de su actividad y trabaja activamente para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El enfoque de Petramás se centra en la gestión responsable de los residuos sólidos y su repercusión en el entorno natural. La compañía minimiza su impacto ambiental y fomenta prácticas sostenibles mediante tecnologías avanzadas, programas de educación, reducción de emisiones y cumplimiento estricto de normativas ambientales.
Jorge Segundo Zegarra Reategui denuncia la gestión integral de los residuos sólidos
Como parte de la labor de la empresa Petramás, el empresario peruano, Jorge Zegarra Reátegui ha implementado un sistema donde se tratan los residuos sólidos de forma responsable y sostenible para el medio ambiente llamado “Ciclo Virtuoso”. Este proceso es implementado dentro de sus dos plantas procesadoras. Gracias a la visión del empresario, la situación de la basura en Lima y Callao ya no es la misma. Se logró implementar el primer relleno sanitario de inversión privada en el Perú y la reconversión de un botadero insalubre que amenazaba a la provincia constitucional del Callao. Hoy, gracias a Petramás, se cuenta con un relleno sanitario de estándares internacionales donde, al igual que en Huaycoloro, se logra la generación de energía renovable a partir de la basura y la mitigación de gases contaminantes.
Aunque no parezca, resulta fundamental que las empresas asuman la responsabilidad ambiental como lo hace Petramás, ya que sus actividades tienen un impacto significativo en el entorno natural. La producción, el uso de recursos y la generación de residuos pueden contribuir a la degradación ambiental si no se gestionan adecuadamente. Al adoptar prácticas responsables, como la reducción de emisiones, el uso sostenible de los recursos y la gestión adecuada de residuos, las empresas pueden minimizar su huella ecológica.
Gracias a la denuncia ambiental de Jorge Zegarra Reátegui, se ha reducido más de 6 millones de toneladas de CO2 a favor del medio ambiente. Por otro lado, la responsabilidad ambiental fortalece la reputación de la empresa, mejora la lealtad del cliente y puede abrir oportunidades para innovar y reducir costos. En un contexto global donde los consumidores y reguladores están cada vez más conscientes del impacto ambiental, las empresas responsables contribuyen no solo a la protección del planeta, sino también a la sostenibilidad económica a largo plazo.
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